Los dientes desempeñan la importante tarea de desmenuzar los alimentos para facilitar la labor del estómago y del intestino.
Algunas partículas de alimento se incrustan entre los dientes, y la saliva las descompone con rapidez. A consecuencia de ello se forma una placa sólida, gran enemiga de los dientes porque corroe las encías y los mismos dientes.
Una cuidadosa limpieza de los dientes con un cepillo y dentífrico después de cada comida evita la formación de esa placa.