¿Quiénes eran los etruscos y cuál fue su importancia en el arte y la arquitectura?
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El origen de los etruscos aún hoy en día está en discusión, sin dilucidarse si provienen de Asia Menor o si son originarios de la misma península Itálica. Del mismo modo, la lengua etrusca plantea todavía grandes interrogantes. Lo que verdaderamente no ofrece dudas es que la formación del pueblo etrusco se dio bajo influencias culturales muy diversas.

La civilización etrusca

A finales del siglo VIII a.C., surge en Toscana una civilización que los latinos designaron luego con los términos de tusa o etrusci, y de los que la región ha recibido el nombre. Hacia el 700 a.C., ciertos elementos orientales aparecen en esta región, en la cual el rito funerario de la inhumación empieza a imponerse al de la incineración. La religión etrusca, en los antípodas del sensualismo pagano de griegos y romanos, consistía en complicados ritos administrados por una casta sacerdotal y asentados en libros sagrados, uno de cuyos aspectos más genuinos era el culto de los muertos.

La tumba, construida a imagen de la casa, recibía al difunto con sus armas, los otros muertos de su familia y diversos objetos destinados a acompañarlo al más allá. Diferentes libaciones y sacrificios animaban el culto funerario.

El arte etrusco: Escultura y pintura

El arte etrusco, que se desarrolla en la Toscana y en las ciudades donde alcanza su irradiación cultural, se distingue del arte griego por su capacidad de adaptación, imitación e improvisación ante formas nacidas en otros centros culturales, sobre todo helénicos.

La tradición no ha conservado el recuerdo de grandes artistas originales, excepto el del gran arquitecto Vulca. Las realizaciones escultóricas de los etruscos se centraron en la producción de terracotas y relieves cerámicos aplicados en sus templos en forma de antefijas o placas de revestimiento. En este arte también está presente el espíritu dinámico y vital que se observa en la pintura.

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El culto a los muertos les lleva a modelar las efigies de los difuntos, que a veces reposan sobre los sarcófagos o que ofician de tapas en las urnas cinerarias llamadas canopes.

Casi todas las pinturas etruscas pertenecen a tumbas. Los frescos más antiguos que se conocen se remontan al siglo VIII a.C. En ellos se observa la influencia del mundo fantástico oriental, como se observa en la tumba Campana, en Veyes.

La representación funeraria se orienta luego a recrear un ambiente de vida en el lugar de los muertos. En consecuencia, las tumbas se pueblan de escenas referidas a la vida real: juegos, danzas, banquetes, juegos atléticos. En el siglo V a.J.C. empieza a hacerse patente la influencia del arte griego, con lo cual el carácter realista y cotidiano de las escenas pintadas se vuelve más dramático y confuso. Al mismo tiempo, entra en crisis la creencia etrusca de la supervivencia de la entidad vital del muerto en su tumba. A este cambio de concepción religiosa pertenecen las decoraciones pic-tóricas de la tumba de Orco y de a tumba de los Tifones.

Arquitectura etrusca

En el terreno de la arquitectura etrusca, destacan el templo, de inspiración griega, y la tumba, originariamente hecha a semejanza de la vivienda del difunto. Los etruscos no utilizaron el mármol. Su uso de la piedra —de origen volcánico— se limitó a las tumbas y a los fundamentos del templo. Para el resto de la construcción utilizaban madera y adobe.

El templo era de planta rectangular, con un atrio con doble fila de columnas y una cella tripartita, dividida en tres ambientes, para acoger a las divinidades centrales, las que luego los romanos denominaron Juno, Júpiter y Minerva. Las columnas respondían al llamado «orden toscano», similar al dórico, pero con basas y sin estrías ni éntasis.

Cabe destacar que los etruscos desarrollaron el uso del arco, originario de Mesopotamia, y lo exportaron a Roma. En las necrópolis de Caere y Populonia se conservan los exponentes más importantes de la escultura funeraria etrusca.

La etruscología

Por etruscología se entiende la ciencia que estudia la civilización etrusca. Ya en época romana existió un gran interés por las antigüedades etruscas hasta el punto que el emperador Claudio reagrupó diferentes archivos con material de la época, hoy desaparecidos.

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En el siglo XVIII Thomas Dempster publicó De Etruria Regali Libri Septem, que sirvió como punto de partida para los estudios modernos sobre etruscología. Posteriormente, en el siglo xx se realizaron los primeros estudios científicos y se iniciaron excavaciones en Chiusi, Certosa Villanova y Tarquinia.

Dentro de la escultura etrusca, es célebre el Apolo de Veyes del templo de Portonaccio, realizado por Vulca. Además de la patente influencia helena, en él se hace presente el vitalismo etrusco.

Casi todas las pinturas etruscas pertenecen a tumbas. Un ejemplo de ello lo constituye la llamada Tumba de los Leopardos, así llamada porque la cámara sepulcral presenta en su frontón la imagen de dos felinos.